Cuando piensas en memoria uterina ¿qué viene a tu imaginario?
La memoria es vivida como un campo histórico en el que hay sucesos, acciones, situaciones ligadas a vivencias emocionalesPero ¿qué es la memoria uterina? Particularmente cuando hablo de memoria uterina me refiero al amplio espacio que la memoria corporal nos ofrece. Si pensamos que todo tiene memoria, los lugares los objetos, las personas, la memoria es vivida como un campo histórico en el que hay sucesos, acciones, situaciones ligadas a vivencias emocionales de placer y dolor, de alegría y tristeza… Un lugar puede quedar impregnado por la energía emocional de las vivencias que en él sucedieron. Por ejemplo en el lugar en e que fue librada una batalla, en un hospital, en un cementerio, una iglesia… cada uno de estos espacios se caracteriza por la práctica diaria que le carga con unas sensaciones, imágenes... Imagínate entonces que si un objeto de valor sentimental para ti, como un relicario, un reloj, un tapete o joya que pertenecieron a alguien querido te llevan a momentos, a invocar ese tiempo compartido, si en ellos el recuerdo está presente ¿por qué no entender nuestra fisiología de la misma manera? Como un lugar cargado de significados metafóricos, aunque también físicos y vívidos. La piel es un mapa de la historia de tu vidaCuando miras una pequeña marca en tu pierna y recuerdas el dolor de la caída siendo niña. La piel es un mapa de la historia de tu vida, memoria emocional viviente y accesible a ti. Perdemos la memoria en la mente consciente, aunque la memoria en táctil, corporal, postural, vivencial queda impresa y es accesible a través del movimiento, del impulso del cuerpo y los sentidos. Por eso puedes acceder a tu memoria prenatal no por el espacio mental del recuerdo sino a través de la memoria en el cuerpo. ¿Qué pasa con los órganos? ¿Si tienen memoria, a donde se remonta?
ciertas estructuras como buenas y otras como malas. Lo científico mientras lo ejecute un cuerpo humano siempre traerá consigo una memoria, aunque esta sea inconsciente y una carga vivencial subjetiva, que conlleva centrar la mirada en un lugar y no en otro. Por ello las células, los órganos, los sistemas que configuran el cuerpo pueden ser definidos desde un campo científico, fisiológico y funcional, pero también simbólico, metafórico, emocional y energético. Lo uno acordado que puede ser medido, lo segundo singular y único. Lo vemos cuando un órgano es extirpado, su funcionalidad fisiológica deja de actuar, pero ¿y la energética-emocional? Quizá el útero, ovarios… no esté pero continúan teniendo la capacidad de creación, gestación. Podemos verlo en el síndrome del miembro fantasma. ¿Y la memoria que traen mis órganos es solo mía? ¿Que más heredamos? ¿Sólo el color de los ojos, porque esta patología y no otra es constante en mi familia? La epigenética es un campo interesante en el que esta oposición social en la que nos encontramos se une, une polaridades (ciencia-emoción, mente corazón). ¿Por qué no pueden ser los dos, si la nuestra es una condición que las reúne? Así bien, soy la herencia de un ADN que me construye físicamente, aunque también de la memoria de la tristeza que vivió mi madre en su gestación, el duelo bloqueado que quedó en mi abuela después de perder a su madre siendo niña, el secreto del abuso que nunca pudo ser reconocido y se muestra en mí cuando desconfío de lo masculino… ¿Qué tiene de especial la memoria uterina? El útero es el centro energético, de gestación de vida en la mujer. Desde nuestra menarquía, su ciclo hormonal se despierta y circula el rojo rubí que nos habilita a ser creadoras y madres. Es un espacio de relación con nuestro cuerpo y con el del otre, que tiene una gran influencia en nuestra autoestima, confianza, y salud psicoemocional, sexual y reproductiva. El útero recibe. Aunque la memoria uterina no es solo el espacio del útero, es el espacio de la condición femenina. Es el espacio por el que los mensajes de dolor enraízan con más fuerza. El útero recibe, es el espacio de la condición femenina. Es el espacio por el que los mensajes de dolor enraízan con más fuerza.Si lo piensas es el lugar que puede albergar tanta luz como oscuridad, la gestación de vida y placer, el poder de parir desde el respeto y también de muerte, abuso, violencia en muchas formas vinculadas al placer y también al nacimiento. En él se teje la historia de nuestra condición de sometimiento como cuerpo femenino. Como organismo interconectado, escuchar la memoria del útero que puede expresarse con ausencia de sangrado menstrual, infertilidad, quistes, miomas, dolor, duelo, sangrados abundantes que generan anemia…, es un acto de salud. Conocer que memoria alberga tu síntoma, y con que herencia se vincula, es un acto de reapropiación de tu cuerpo, de empoderamiento, es la madre interna cuidando de ti. Alrededor de este concepto de la memoria corporal uterina es interesante entender los procesos de somatización y el inconsciente colectivo. Aunque esto para otro día. Hasta aquí, una visión amplia de la memoria como espacio físico y simbólico. Gracias por quedarte hasta el final. ¿Tienes otra visión de la memoria uterina? ¿Me la explicas? Soy Anna y ofrezco sesiones de Arteterapia Cíclica donde nos adentramos a dar voz a la memoria del útero, si te apetece sumarte, escríbeme aquí.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Decálogo para crear a tu madre interna
Recibe este regalo y date el permiso de reconocerte desde una nueva perspectiva. DESCARGA Archives
Marzo 2021
Categories
Todos
|