Munna es un proceso.
Es la encarnación de mi proceso de aprender a vivir.
Nació con el reconocimiento del Arte.
Con el tiempo ha ido simbolizando la esencia de lo que denomino
empoderamiento del yo.
Para mi tiene que ver con el propio sostén, con la capacidad de auto-contención, con la voluntad de ahondar en las propias raíces, con adentrarse en las profundidades oscuras de la herencia familiar que habita en el inconsciente. En mirar a la muerte a los ojos y atravesar el pozo negro de la putrefacción. Cuando uno se atreve con ello, más allá de la horrenda cara del dolor, uno encuentra (puede encontrar) algo... Un tesoro brillante, perdido entre escombros de lodo, el tesoro más valioso del mundo: la propia vida adormecida, la propia alma perdida, reprimida, acallada, la vitalidad y la potencia del yo en mayúsculas…
Uno, puede encontrarse a sí mismo.
Para ello, los personajes que nos habitan, que primero habitaron a fuera y nos dieron palabras para nombrar y sentidos que identificar, tienen que ser reconocidos, dentro. Des-enredar el lenguaje de las emociones, de los duelos bloqueados, de la falta de calor materno, del abandono paterno, de todas las heridas del infante, que soy. Re-conocer todas las figuras de voces externas que hablan, ahora ya, des de dentro y resignificar, re-educar, transformar y aceptar que los ancestros, las raíces y el pasado son los que son.
Lo que puede ofrecernos amparo, amor y consuelo es dejar de pedir a (fuera)…
y empezar a pedir a nuestra figura maternadora, nutridora.
- DeConstruir Para Construir A La Madre Interna -
Empezar a autorizarnos y atrevernos a adueñarnos de la dirección de nuestro destino.
Munna es un proceso de arte, porque la vida es la mayor obra de arte que existe.
Es mi proceso de intimidad conmigo misma, mi atrevimiento con el mundo,
mi voz que quiere hablar, mi cuerpo que se quiere expresar.
Es mi invitación a ti, a que desafíes tu confort,
que puedas cuestionar lo incuestionable, que puedas alcanzar lo inalcanzable.
Es mi deseo de puro amor, para el mundo.
- Anna